lunes, 29 de marzo de 2010

El campamento de los Niños/as

“Un día yo encontré un tarro de basura
Adentro me encontré una bolsa llena de regalos
Habían hartos regalos
Y de ahí
Vi una linterna, la saqué y me fui alumbrando”
(Leito, niño Cobquecura, 4 años, en Fogón organizado por Niños/as y Colectivo)

Son las 10 de la mañana, los niños y niñas del campamento ubicado en el Cerro “El Calvario” en la localidad de Cobquecura, comienzan a juntarse en la explanada del lugar. Saludan a los tíos que se preparan para comenzar el taller de la mañana. “Hola”, ¿qué haremos hoy?.

En la mañana y en la tarde se reúne el grupo que con el paso de los días va creciendo en su número de integrantes. Niños y niñas de tres a doce años participan con entusiasmo de las distintas actividades del Colectivo: yoga para iniciar la jornada, taller de danza, comics, grabados, esculturas con vestigios de la naturaleza, números artísticos propuestos y creados por ellos mismos para el gran Fogón del sábado en la tarde donde sus familiares tendrán la oportunidad de ver y comprender mejor lo que han estado trabajando.

Vamos estableciendo relaciones de afecto con cada niño y niña, los reconocemos en sus diferencias y nos maravillamos de sus capacidades: la Antonella y su espíritu explorador, Paulina y sus conversaciones, Leito con todo su ingenio e inteligencia, Javiera y su meticulosidad y eficiencia en cada acción, Estela y sus ganas de participar, José Luis, Esteban, Patricio y Matías, o más conocidos como “los cuatro terremotines” con su talento musical y su habilidad para contar chistes, y así podría seguir enumerando por largo rato a cada uno y sus infinitas capacidades.

Y así en medio de una situación compleja como lo es haber estado en el epicentro del terremoto, viviendo dos alertas de tsunami, habitando carpas o “casas de palo”, como les llaman a las mediaguas, mientras ellos y sus padres se sienten más seguros y deciden bajar del cerro, ellos muestran una capacidad enorme para enfrentar la adversidad, CREANDO Y CONSTRUYENDO UN ESPACIO PROPIO, donde prima el juego con los otros, la relación afectuosa con pares y tíos, el aprendizaje mediante la experiencia y todo el disfrute que esto implica. A partir de la capacidad creativa, niños y niñas han plasmado desde su propio lenguaje la experiencia del terremoto, creando una revista donde no sólo recuerdan los momentos difíciles sino también son capaces de recordar las anécdotas más divertidas. Asimismo han escrito una canción, estrenada en el Fogón, la que con su ritmo pegajoso, casi se ha convertido en un himno para ellos y nosotros también.

Es así como cada uno de los encargados de los talleres, entre los que me incluyo, nos vamos entusiasmando más y más, y valoramos la experiencia de estar allí, viviendo y participando de este pequeño trozo de reconstrucción, notando cómo los niños son capaces de encontrar miles de regalos en una bolsa de basura, y rescatar linternas para seguir iluminando con su risa y motivación su vida y la de quienes los rodean. Cada uno de los tíos también, se involucra, aprendiendo que la vida puede adquirir un sentido especial cuando existe una motivación auténtica por “hacer algo que valga la pena”.

En lo personal tuve que partir antes, pero agradezco infinitamente la oportunidad de participar en la iniciativa y de poder poner al servicio de otros mi trabajo y mi tiempo. Pato, Clau, Feña, Teresita, Pelao (tío peladito), Gota, Berni y Lolo fue un gusto tener la oportunidad de encontrarme con ustedes en este episodio de mi vida que creo no ha dejado indiferente a ninguno de nosotros…. Nos vemos a la vuelta!!

Magdalena




1 comentario:

  1. Qué bonito texto! para mí también ha sido una experiencia increíble compartir en Cobquecura con todos los niños y niñas que están viviendo en el campamento o que suben especialmente para compartir con nosotros y sus pares. Desde la semana pasada a esta las cosas han cambiado, la tranquilidad está llegando, los niños se están preparando para entrar este lunes a clases y el proceso, por lo menos para quienes llegamos en la segunda comitiva, se va cerrando.
    Con más tiempo podré comentar mi experiencia, por ahora decir que no sólo siento que hemos compartido y alegrado el día de los pequeños si no además, se ha transformado en una experiencia muy enriquecedora para mí y estoy segura que para todos los que estamos aquí.
    Teresita

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